Con una plantilla de 31.000 personas en más de 40 países para Mapfre hablar de diversidad es “es una de sus señas de identidad”. El grupo se encuentra “inmerso en un proceso de transformación y digitalización”, explica Elena Sanz, directora general de personas y organización de Mapfre.
Por ello, al igual que tantas otras empresas, “estamos muy interesados en contar con el talento más especializado en el mundo digital, con perfiles como el análisis de datos, la ciberseguridad o el marketing digital. Pero al hilo de esta necesidad por los perfiles digitales, uno de los temas de más actualidad en el campo de la gestión de personas, no debemos perder de vista la importancia de la formación transversal y las habilidades personales, como el pensamiento crítico, la capacidad analítica o la resolución de problemas”, detalla en una entrevista a Expansión.
Además de un modelo laboral con mayor flexibilidad y agilidad, una de las patas más importantes para lograr la satisfacción del empleado, según revela la directiva, es el desarrollo profesional: “gracias a programas en este campo hemos conseguido que el 85% de las promociones sean internas y que el 16% de los empleados hayan tenidos una movilidad funcional o geográfica”.
Junto a esto y al margen de los diferentes modelos de valoración del rendimiento de cada empleado, “la base es partir de un principio inamovible en nuestra empresa: la meritocracia. Somos muy estrictos con el valor del mérito de cada uno y en garantizar la transparencia en todos los modelos de promoción”, detalla Sanz.
Otro impulso para lograr una mayor satisfacción del empleado es su formación, puntualiza. En 2022 el grupo aumentó un 20% la inversión en formación. “La clave es que el propio empleado sea protagonista de su desarrollo y elija su ruta de aprendizaje hacia aquellas fundaciones en las que puede aportar más valor”.
