Debido a la pandemia de la COVID-19 estamos en un momento de cambio e incertidumbre en muchos aspectos de nuestras vidas. Ahora más que nunca, la salud es uno de los bienes más preciados. Según la consultora americana Bain & Co un 27% de las personas que no tienen seguro de salud tienen intención de contratarlo.
El Consejero General de Colegios de Mediadores de seguros ha identificado el crecimiento del seguro de salud como una de las 7 tendencias más relevantes del sector tras la COVID-19.
Dicho esto: Corredores ¿a qué estáis esperando para vender seguros de salud? Pese a estos buenos datos, una gran parte de vosotros aún no ha entrado de forma decidida en este negocio.
Las estadísticas de ICEA indican que, así como en el total de seguros de No Vida los corredores representan el 26% de las primas del sector y el 34% de las ventas, en el ramo de Salud esos porcentajes se reducen al 17% y al 21% respectivamente.
Los buenos motivos para entrar en este negocio son muchos, pero cabe destacar dos. En primer lugar, los seguros privados de salud son un mercado grande.
Si en 2005 las primas del mercado de salud eran de 4.482 M€, en 2.019 esa cifra era de 8.923 M€. Es decir, se ha duplicado, ha crecido un 99% en 15 años. En el mismo periodo de tiempo, el resto de ramos de no vida ha crecido un 17%. Es decir, los seguros de salud crecen de media al 5% cada año, cuando el resto de ramos lo hace al 1%.
En segundo lugar, son un negocio rentable para las corredurías. Para analizar la rentabilidad de este negocio, hay que tener en cuenta los ingresos (comisiones), y los gastos.
Actualmente las comisiones que pagan las compañías a los corredores en salud individual están en el rango del 15% al 20%, y en cartera en torno al 10%. Pocas pólizas en el segmento individual generan ingresos tan altos.
En cuanto a los gastos, el uso de la póliza, el cliente se relaciona directamente con la compañía y con los médicos, si lo comparamos con otros ramos, sin duda, es un ramo agradecido en cuanto a trabajo postventa para el corredor.
Corredor, ¿a qué esperas?