Noticia, 
XXII Concurso sectorial de detección de fraudes

Los curiosos casos de los atropellos sevillanos, el abogado espabilado y el milagroso accidente

LÍNEA DIRECTA, por partida doble, y PELAYO, premiados en la categoría de Autos
Mercado

El XXII Concurso sectorial de detección de fraudes organizado por ICEA reconoce las labores de investigación en tres categorías de seguros: Automóvil, Diversos y Personales. Estos galardones premian los esfuerzos realizados por los profesionales del sector para detectar y combatir estafas que perjudican a todos los asegurados y a la sociedad en su conjunto.

A continuación, recogemos los casos premiados en la categoría de Automóviles.

Automóviles. 1º premio. LÍNEA DIRECTA

El caso premiado ha destapado una red de delincuentes especializados en simular atropellos. El primer caso detectado fue un atropello a dos personas ocurrido en una localidad de Sevilla. A este percance le sucedió, un mes después, otro accidente similar en la misma provincia. A la aseguradora le llamó la atención que los dos asegurados implicados en estos sucesos distintos y separados en el tiempo hubiesen facilitado el mismo teléfono de contacto. Por esta vía se localizó un tercer siniestro donde uno de los asegurados reaparecía, si bien esta vez como lesionado (en lugar de como conductor) y junto a otras seis víctimas.

Alguno de los miembros de la red había llegado a estar involucrado en 19 siniestros, unas veces como conductor y otras como presunto peatón atropellado

A partir de ahí, se investigó con más detalle y se pudo comprobar cómo los implicados estaban relacionados entre sí. De hecho, se descubrió que se habían visto implicados en 30 accidentes de tráfico distintos. Alguno de los miembros de la red había llegado a estar involucrado en 19 siniestros, unas veces como conductor y otras como presunto peatón atropellado. La trama quedó así al descubierto y las falsas víctimas renunciaron a las indemnizaciones que reclamaban.

Automóviles. 2º premio. LÍNEA DIRECTA

La aseguradora analizó los expedientes donde coincidía como reclamante un mismo abogado de Murcia. A partir de ahí, trató de dilucidar si existían patrones comunes entre los distintos siniestros. Las pesquisas permitieron descubrir cómo el letrado captaba a lesionados para hacerlos pasar por víctimas de accidentes de circulación, a las que representaba en los pleitos. En esta tarea contaba con la connivencia de una clínica de rehabilitación que, en lugar de facturas, emitía albaranes falsos.

El abogado, en connivencia con una clínica de rehabilitación, captaba personas para fingir supuestos accidentes de circulación

Los implicados fueron denunciados ante la Guardia Civil. Esta investigación puso al descubierto las reclamaciones indebidas de ocho lesionados ficticios y logró un ahorro de 57.000 euros en indemnizaciones.

Automóviles. 3º premio. PELAYO

Un hombre viajaba por la noche por una carretera convencional de Asturias. Al tomar una curva, el vehículo se salió de la vía, cayó a un terraplén y dió varias vueltas de campana. El conductor telefoneó a su servicio de asistencia en carretera. Durante la llamada, no paraba de hiperventilar como si tuviera un ataque de ansiedad por lo ocurrido. Cuando la documentación del siniestro llegó a la aseguradora, el caso resultaba extraño. El coche era un amasijo de hierros. Llamó la atención que el conductor lograra salir prácticamente indemne. Su única lesión era un rasguño en la mano. Para mayor sospecha, el pretensor del cinturón de seguridad estaba sin activar, la ventanilla del conductor bajada y la zona era de tan difícil acceso que hubo que esperar a la mañana siguiente para que el vehículo fuera rescatado por la grúa.

Alegó que se desplazaba a altas horas de la noche a un pueblo cercano para ver a una supuesta amante

Las pesquisas subsiguientes permitieron averiguar que ese mismo vehículo había sufrido meses antes un siniestro grave y que había sido declarado en situacion de pérdida total. El conductor lo había adquirido apenas 19 días después de aquel siniestro total y, según declaraba, había pagado por él 21.000 euros. Sin embargo, muchas cosas no cuadraban. Los 19 días eran un plazo demasiado corto para acometer la reparación y proceder a la venta del coche. Además, los golpes que presentaba el vehículo tras salirse de la vía y caer por el terraplén coincidían en buena medida con los que había padecido en su primer accidente. La declaración del conductor también resultó extraña y algo contradictoria. Alegó que se desplazaba a altas horas de la noche a un pueblo cercano para ver a una supuesta amante (decía tener en paralelo una pareja de carácter estable) y que había decidido emplear la vía secundaria en lugar de la autovía para evitar un peaje.

Tras avanzar en las pesquisas, la aseguradora logró demostrar que la factura de compra del vehículo por 21.000 euros era falsa. El asegurado había adquirido el coche hecho un amasijo de hierros y había pagado por él una cantidad muy inferior: 2.400 euros. Luego, el conductor habría buscado una carretera aislada y con curvas para empujar el coche por un barranco y simular así un accidente. Esa era la razón por la que no habían saltado los pretensores del cinturón de seguridad, la ventanilla del pasajero estaba bajada y, lo más evidente, el asegurado no presentaba lesiones de gravedad.

¿Te resulta interesante? Compártela: