“En la actualidad, la mediación y en concreto los corredores, hemos sabido encontrar nuestro espacio e identidad, o al menos un grupo importante de ellos. El canal se ha concentrado y ha mejorado también mucho en su cualificación profesional”, afirma María Ameijeiras, directora de AyF Correduría. Nos lo cuenta haciendo un balance de sus 30 años de experiencia en el Seguro desde su visión como corredora, un canal, que subraya “ha dado un giro de un 180%”. A su juicio, las barreras por ser mujer se asemejan en todo el sector, que reconoce como “muy masculinizado”, aunque, admite, “está cambiando mucho”. “Las mujeres socialmente parece que siempre tenemos que demostrar que estamos suficientemente preparadas” y, además, “compatibilizar una carrera profesional con la mayor parte de la responsabilidad familiar, lo que es claramente una desventaja”. Por ello, las organizaciones tienen un papel primordial en este cambio hacia la diversidad: “Cada compañía tiene su cultura y sus propios objetivos como empresa por lo que cada plan de igualdad será distinto, pero debe haber un plan de acción definido”.
Hace 30 años que decidiste continuar con el legado familiar en el mundo del Seguro, ¿cómo ha evolucionado el mercado durante estos años?
El sector asegurador ha cambiado radicalmente durante estos 30 años a todos los niveles. Precisamente fue en la década de los 80, en la que se produjo un estallido del índice de penetración en el mercado. Para hacernos una idea, estábamos en un índice de penetración de menos de un 1,5% en seguros No Vida (Fuente Estadística Española vol. 58) y en 2008, justo en plena crisis, llegamos al punto más álgido, en torno a un 3%, también en seguros No Vida (fuente ICEA), relación que se mantiene similar en la actualidad.
El país en esa etapa vivió una bonanza económica y una modernización general que se refleja también en el sector. Se mejoró la cualificación profesional de todos los actores y vivimos hitos importantes como el convenio CIDE/ASCIDE por medio de CICOS, que introduce una mejora palpable en la gestión de siniestros. También, la creación de TIREA, entidad que gestiona los datos de un número elevado de entidades y permite crear la aplicación informática donde se recoge el fichero histórico de siniestralidad de conductores SINCO o el FIVA.
El seguro a su vez ha evolucionado en su misión; de ser meramente indemnizatoria hacia un sector de servicios. Los canales de distribución también han cambiado. En concreto, el nuestro, ha dado un giro de 180º. A la mediación se nos conocía como agentes de seguros y el cliente no nos distinguía de las aseguradoras. Nosotros para el cliente éramos la marca del seguro que le vendíamos en aquel momento. En la actualidad, hemos sabido encontrar nuestro espacio e identidad. El canal se ha concentrado y ha mejorado en su cualificación profesional. A la vez, hemos avanzado en nuestra propia transformación digital para adaptarnos a cómo está evolucionando la sociedad, a pesar de que quede mucho por hacer. Desde mi punto de vista, no me cansaré de decirlo, el sector nos necesita, porque desde nuestra labor de asesores y consultores independientes contribuimos a que las soluciones aseguradoras y los servicios se adapten mejor a las necesidades de los clientes.
“El sector nos necesita, porque desde nuestra labor de asesores y consultores independientes contribuimos a que las soluciones aseguradoras y los servicios se adapten mejor a las necesidades de los clientes”
Mujer, mediadora y directiva
Ser mujer y, además, dirigir una correduría, no parece ser un perfil muy común; la Mediación, ¿sigue siendo una profesión muy masculinizada o está cambiando?
Sí, es una profesión muy masculinizada y sí, está cambiando. El sector asegurador es un reflejo de nuestra sociedad. Quizás sea un poco más gris que otros, y lo de gris lo digo por la cantidad de trajes y corbatas (ahora esto último no tanto) que se ven en cualquier evento a los que asistimos. Sin embargo, también he decir que ya hay muchas más mujeres en los actos o al frente del negocio de las que había cuando yo empecé.
¿Cuál es la principal barrera u obstáculo que encuentran las mujeres para dedicarse a la mediación?
En la mediación, tienen similares barreras para desarrollar su profesión que en otras profesiones y son múltiples. Por un lado, a nivel comercial muchas veces es más complicado, los clientes con capacidad de decisión en la mayoría de las pymes son hombres y puedes notar cierta desconfianza. Las mujeres socialmente parece que siempre tenemos que demostrar que estamos suficientemente preparadas, al hombre en ciertas posiciones se le supone esa preparación.
Por otro lado, en ocasiones cuesta romper el hielo o encontrar ese punto de confianza necesario; percibes que muchos se sienten más cómodos entre hombres. También en las relaciones de negociación con aseguradoras pasa algo similar. Existe la creencia, a nivel general, que las mujeres tienen un perfil menos adecuado para posiciones directivas. Estos son sesgos que se presuponen. Por ejemplo, que nos dispersamos y priorizamos nuestra responsabilidad familiar ante la profesional. Y precisamente, es en este punto, en el apartado de responsabilidad familiar, donde lo tenemos más complicado. Si optamos por tener familia asumimos ya nuestro rol de máximas responsables, porque la sociedad en gran medida nos lo sigue asignando. Compatibilizar una carrera profesional con la mayor parte de la responsabilidad familiar es claramente una desventaja frente a los hombres.
“Existe la creencia, a nivel general, que las mujeres tienen un perfil menos adecuado para posiciones directivas. Estos son sesgos que se presuponen. Por ejemplo, que nos dispersamos y priorizamos nuestra responsabilidad familiar ante la profesional. Y precisamente, es en este punto, en el apartado de responsabilidad familiar, donde lo tenemos más complicado”.
Desde tu punto de vista, ¿Cómo se podría potenciar que haya más puestos de responsabilidad con voz femenina en los Consejos de Administración de las compañías?
Cada organización debería de hacer un diagnóstico de cómo está en la actualidad, cómo quiere llegar a estar y marcarse unos objetivos. El diagnóstico debe ser no solo cuantitativo sino también cualitativo. A partir del resultado, marcarse un plan de acción propio. Las medidas pueden ser reclutando talento, mentorizando talento interno, etc. Cada compañía tiene su cultura y sus propios objetivos como empresa por lo que cada plan de igualdad será distinto, pero debe haber un plan de acción definido. Por supuesto, esto debe liderarse siempre desde las más altas posiciones directivas, de arriba hacia abajo, sino no funcionará.
El año pasado España llegó a un porcentaje esperanzador de mujeres en posiciones directivas: un 30%, después de varios años de estancamiento. En nuestro sector, vamos bastante retrasados en relación con la media, con tan solo un 16%. Se está avanzando, pero muy lentamente.
Desde que me he preocupado de informarme de la evolución de la igualdad en los distintos países, con sus diferentes legislaciones, soy defensora de que para que la igualdad avance a un ritmo más rápido se debería regular sobre la base de un sistema de cuotas que lo incentive. No soy partidaria de un régimen sancionador, pero sí de buscar mecanismos que motiven a las empresas a preocuparse por aflorar y potenciar el talento femenino que hay en sus organizaciones. Por otro lado, es fundamental y clave legislar en materia de permisos parentales iguales e intransferibles y responsabilidad familiar.
“Soy defensora de que, para que la igualdad avance a un ritmo más rápido, se debería regular sobre la base de un sistema de cuotas que lo incentive. No soy partidaria de un régimen sancionador, pero sí de buscar mecanismos que motiven a las empresas a preocuparse por aflorar y potenciar el talento femenino que hay en sus organizaciones”
¿Alguna vez te has sentido discriminada por ser mujer en tu profesión?
En cierta manera sí, no tanto en el trato que en cómo me han hecho sentir ciertas situaciones. Tener que demostrar mi valía de una manera más exhaustiva que hombres con los que me he relacionado en posiciones similares a la mía. Sin embargo, también quiero manifestar que me he encontrado muy a gusto en muchas otras ocasiones, en circunstancias en la que he sido la única mujer, rodeada de hombres muy profesionales. Perfiles machistas los hay en todos los sitios y quien lo niegue, niega la evidencia. De la misma manera que también hay mujeres masculinizadas, es una cuestión de cultura, una cultura machista que ha predominado durante mucho tiempo y en la que algunas personas se han quedado ancladas.
Impulso a los jóvenes
Uno de los proyectos que apoyáis desde la correduría es ‘Objetivo Antártida’ ¿por qué decidisteis dar vuestro respaldo a Alba Aguión y qué mensaje queréis trasmitir?
El proyecto de Alba es muy bonito, la verdad. La vimos en la prensa y nos atrapó porque engloba valores con los que nos sentimos muy identificados como empresa. El respeto y cuidado por nuestro planeta, la importancia que tiene la ciencia para la humanidad y la necesidad que tenemos de concienciarnos con esto, que, por desgracia en estos momentos, con la crisis que estamos viviendo del Covid-19 se evidencia aún más. Además de la necesidad de seguir luchando por avanzar en aumentar el liderazgo femenino. Alba es joven y el proyecto en el que está inmersa traslada un punto de esperanza a esta juventud que nos preocupa a todos y que tienen tantos retos por delante que afrontar en la lucha por un futuro mejor. Me parece que tenemos el deber de apoyar a nuestra juventud porque de alguna manera somos responsables del planeta que le estamos dejando.
«Mucha labor de concienciación del riesgo se ha impulsado desde el colectivo de corredores»
El sector de seguros y de la mediación tiene muy mala prensa ¿por qué crees que pasa esto? ¿está cambiando el concepto que la sociedad tiene del seguro?
Es un problema de cultura aseguradora y no solo del sector en sí. Mucha gente tiene la concepción de que el seguro es un gasto y no lo ven como una medida de previsión o mitigación de riesgos. Como gasto pretenden rentabilizarlo en el corto plazo y eso es una concepción errónea del seguro. Por otro lado, en algunas ocasiones las pólizas parten de una mala descripción del riesgo, bien por desconocimiento o también por no querer asumir el coste real de la cobertura. Es cierto que en este sentido debemos hacer autocrítica porque hay actores del sector, tanto mediadores como suscriptores, que permiten estas circunstancias. También hay clientes que lo hacen así porque no quieren pagar más y aquí empiezan los problemas. Evidentemente, cuando ocurre el siniestro, lo que no se contrata bien, no está bien cubierto y lo que no se declara tampoco. Hay, por lo tanto, una deficiente gestión del riesgo.
Creo que estamos avanzando en este sentido porque la gente empieza a tener una mejor cultura en materia de gestión de riesgos y sinceramente también creo que mucha labor de concienciación la ha llevado a cabo el colectivo de corredores. Desde mi punto de vista, además, el sector en general ha tenido durante mucho tiempo un problema de comunicación. Hemos sido un sector muy endogámico y que no ha sabido trasladar de manera adecuada sus bondades a la sociedad. Es un sector imprescindible para nuestra economía, pero que históricamente no se ha sabido poner en valor. Es algo que se ha empezado a corregir en los últimos años y confío en que esta percepción acabará cambiando.
¿Cómo os estáis adaptando desde AyF Correduría al reto tecnológico?
Estamos en nuestra particular transformación digital. Avanzando en conectividad con las compañías e incorporando las innovaciones y tecnología que entendemos hacen que las relaciones con nuestros clientes sean más eficientes y les aporten más valor. Nos estamos adaptando bien.
Y en la transformación del cliente ¿notáis que están cambiando sus demandas?
Sí, en diversos aspectos. Hemos notado un cambio en cuanto a soluciones requeridas y productos. Hay más preocupación por ramos que anteriormente no preocupaban tanto, salvo por la obligación que tenían ciertos clientes para trabajar; me refiero, por ejemplo, al de responsabilidad civil, en todos los sectores profesionales, RC general y profesional. La RC de directivos, por ejemplo, cada vez preocupa más y esto está relacionado directamente con el aumento en las exigencias regulatorias. Hay mayor demanda en relación con la movilidad y los seguros de viaje. Otro producto que empieza a tener también mayor salida es el de ciberriesgo.
En cuanto a la manera de relacionarnos con ellos, cada vez utilizamos más medios telemáticos, como el correo electrónico, los mensajes o las entradas por la web. Estamos notando que el cliente viene menos a la oficina y o lo visitamos nosotros o resolvemos vía telefónica o telemáticamente.
“Hay un cambio en el cliente tanto en nuestra forma de relacionarnos con ellos, como en cuanto a soluciones requeridas y productos. Hay más preocupación por ramos que antes no preocupaban tanto. Por ejemplo, la RC de directivos, que preocupa más y está relacionado directamente con el aumento en las exigencias regulatorias. También hay mayor demanda en relación con la movilidad, los seguros de viaje y el de ciberriesgo”
“Nada va a ser igual”
Con lo que estamos viviendo con el Covid-2019, ¿cuáles son los principales retos que tiene la Mediación por delante este año y de cara a un futuro inmediato?
El reto más importante no sólo para la mediación sino para toda la sociedad es salir de la crisis económica que va a provocar la crisis sanitaria que estamos viviendo y adaptarnos a todo lo que nos depara el futuro inmediato, porque nada va a ser igual.
Estamos inmersos en una transformación digital y todo indica que se acelerará después de lo que estamos pasando porque ya en estos momentos, estamos atendiendo a nuestros clientes de una manera distinta a como lo estábamos haciendo. La parte de gestión y operaciones no es el mayor problema, por lo menos para los que en ese sentido teníamos los deberes hechos, conectividad avanzada, herramientas en la nube, etc. Sin embargo, la parte comercial, la tendremos que reinventar todos y tendremos que explorar soluciones que eviten que nos muevan la silla como canal de distribución. Creo que estamos preparados para hacerlo y confío que igual no el 100%, pero sí muchos lo lograremos. El sector nos necesita.