Los puestos de dirección siguen resistiéndose a las mujeres. Así ocurre también en el sector asegurador, donde las compañías y las corredurías no suelen optar por darles esta oportunidad a las profesionales. ¿A qué se debe? INESE ha reunido a tres directivas de la mediación que han dado sus respuestas según sus propias experiencias: la falta de confianza en sí mismas, una conciliación familiar que no llega a cumplirse del todo en la práctica y el no tener muchas veces acceso a quien puede valorar sus capacidades. Aun así, están convencidas de que ha llegado el momento para la mujer.
El encuentro ha contado con la participación de Ana Muñoz, socia directora de Ponce y Mugar Correduría de Seguros; María Ameijeiras, directora general de A y F Correduría de Seguros y Cristina Llorens, directora de Addares Instituto de Desarrollo Asegurador (por orden como aparecen en la imagen). Susana Pérez, directora general de INESE, condujo la conversación.
Las direcciones comerciales se asocian más a los hombres y en las corredurías pasa lo mismo ¿A qué pensáis que se debe? ¿Qué pensáis que se tiene que hacer para cambiar esta tendencia?
María Ameijeiras.- Es una mezcla de todo, de cultura, de la sociedad y de falta de seguridad en nosotras mismas. Las mujeres tenemos menos cultura de networking, de manera que nos cuesta más introducirnos en el mundo comercial. Vamos a cualquier evento y vemos a muchísimos más hombres. Ellos lo tienen muy arraigado. Para nosotras es más complicado y también nos cuesta más que nos den su confianza. Debemos dar pasos adelante y no echarnos para atrás cuando nos ponen alguna dificultad.
Hoy en día es más fácil porque tenemos más asumida la conciliación familiar, esto fue algo que siempre nos restó al tener que asumir nosotras el cuidado de nuestras familias. El sentido de la responsabilidad es el que nos ha frenado. Debemos tener más autoconfianza, poner el acelerador y rodearnos de gente que crea realmente en lo que podemos aportar.
Cristina Llorens.- Estoy de acuerdo con que habíamos avanzado mucho, pero creo que ahora hemos dado un paso atrás. Desde que el teletrabajo se ha instaurado en mayor medida con la crisis sanitaria hemos visto muchas diferencias en el tema de la conciliación. He conocido a muchas mujeres que habían avanzado cuando estaban trabajando fuera y, sin embargo, cuando han comenzado a trabajar en casa al final se han cargado con algo que ya estaba organizado y corresponsable con su pareja.
Yo creo que ahora tenemos muchísimas oportunidades. Las mujeres pueden dar un paso adelante y las que no lo hacen puede ser porque el techo se lo están poniendo ellas mismas. Creo que hay que hacer las cosas de otra manera tanto en nuestro sector como en el mundo en general, es decir, poner en el centro al cliente y ser sensibles con lo que demanda. En mi opinión, la mujer tiene una capacidad comercial y de gestión que es complementaria a la del hombre, pero que nunca se ha puesto a prueba. Tengo clarísimo que es nuestro momento.
Ana Muñoz.- Yo creo que igual que los hombres no, yo diría que mejor. Con respecto a la pregunta, pienso que las mujeres lo tenemos más fácil en las corredurías que en las compañías porque es un negocio propio y más pequeño donde las capacidades se aprecian más. He trabajado durante 22 años en una multinacional con las mismas aspiraciones que los demás, pero siempre había un director comercial o un CEO que tenía que confiar en tus capacidades y no siempre tenías la oportunidad de estar cerca de esa persona para demostrarlas. Creo que esto es lo que les pasa a muchas mujeres de nuestro sector. Hay compañeras que valen mucho, pero nadie es consciente de su valía. En las corredurías, sin embargo, puedes tomar la dirección si te sientes capacitada porque es tu negocio y nadie ha tenido que nombrarte.
“Las mujeres somos muy asertivas y tenemos una capacidad muy alta de empatizar con los problemas del otro” (Ana Muñoz)
Mujer Emprendedora
A.A..- ¿A la mujer le cuesta asumir el riesgo que conlleva ser empresaria?
María Ameijeiras.- Yo vuelvo a incidir en la falta de seguridad y pongo el ejemplo de una chica que va a ser la directora comercial de la correduría al sustituir a la actual por jubilación. Después de muchos intentos de selección, pensé en lo que tenía dentro y decidí que ella era la más indicada. Hace poco tuvimos una visita comercial y, al salir, me preguntó ‘¿Qué tal estuve?’. Esa pregunta nunca la hubiera hecho un hombre, pero ella necesitaba ese refuerzo.
En cuanto a la parte de cliente, estoy viendo que a los clientes les descoloca que vayan mujeres a visitarles. Se sienten más cómodos con los hombres.
Ana Muñoz.- Cuando a mí me dicen que una mujer es floja, me pregunto ¿Cuántos flojos existen por cada floja que hay? Puedes ser floja el primer año, pero el segundo ya no lo eres, como les pasa a los hombres. Las mujeres al ser menos nos miran más, estamos más expuestas.
“Debemos tener más autoconfianza, poner el acelerador y rodearnos de gente que crea realmente en lo que podemos aportar” (María Ameijeiras)
Cristina Llorens.- Por eso digo que ahora tenemos la oportunidad de cambiar las cosas. El departamento comercial y la dirección no tienen nada que ver cuando los lleva una mujer. La mujer trabaja en equipo y se implica en los proyectos de la empresa mucho más que un hombre por convencimiento. Esto trae mejores resultados y mayor rentabilidad a las compañías. Pienso que, en el fondo, la mujer no necesita de ese ego personal. Aunque nos guste el networking y relacionarnos no necesitamos de esas comidas, ese abrazo, esa palmadita en la espalda… que alimente nuestro ego. Si queremos avanzar, cambiar y hacer que el mundo del seguro esté cerca del cliente el propio sector debe valorarnos.
Ana Muñoz.- Esto que estás diciendo está demostrado. Si hablamos de los puestos en los que una mujer puede dar un 200% es en los de servicios, sea en medicina, farmacia, humanidades… y en el mundo comercial. Si comercio fuera una carrera las mujeres sacaríamos matrícula de honor porque somos más empáticas. Aquí llama un cliente y se siente mejor atendido. No sólo paga 400 euros por una póliza de hogar, lo que está diciendo con esos 400 euros es que quiere que le des un servicio a lo largo del año. La suerte que tenemos es que nos anticipa el dinero, confía en nosotros para que durante todo el año le atendamos. Atender significa escuchar, escuchar significa comprender y comprender significa empatizar y saber trasladar. Esto las mujeres lo hacemos de maravilla.
María Ameijeiras.- Resolvemos mucho más de forma general, pero luego las medallas no se las suelen llevar las mujeres. Somos más responsables y humildes.
Ana Muñoz.- Yo sí creo que tenemos la misma responsabilidad, son facetas diferentes que, si se complementan, son estupendas. Lo que quiero es que me den valor a mis facetas como yo se las doy a las de ellos. Las mujeres somos muy asertivas y tenemos una capacidad muy alta de empatizar con los problemas del otro. Esto es muy bueno para nuestra profesión.
“La mujer tiene una capacidad comercial y de gestión que es complementaria a la del hombre, pero que nunca se ha puesto a prueba. Tengo clarísimo que es nuestro momento”. (Cristina Llorens)
¿Qué consejos daríais a las mujeres que quieren ser corredoras?
Ana Muñoz.- Si es empresaria y sabe que en una correduría tenemos ingresos variables y gastos fijos y le gustan las personas, que tire para adelante porque va a ser muy feliz. Esta profesión necesita mucha entrega. Hay una enorme casuística a lo largo de las 24 horas del día y muchas veces los horarios son complicados.
Cristina Llorens.- Yo le diría que dé un paso adelante, que sea honesta, que se forme muchísimo y que aprenda de las mujeres que hay ahora mismo en el sector porque hay grandes profesionales en todos los departamentos y direcciones.
María Ameijeiras.- Casi todas las mujeres que conozco viven la profesión porque están convencidas. Si se quieren meter en esto tienen que tenerlo muy claro y que les gusten las personas porque es una profesión de servicio.