El beneficio neto de Pelayo ha alcanzado en el primer semestre los 2,9 millones de euros. Supone una disminución de un 30% sobre el mismo periodo del ejercicio anterior.
El ratio de siniestralidad se ha situado en un 65,2%, frente al 59,2% de un año antes, marcado ese momento por el importante descenso del uso del vehículo en los meses de confinamiento. En paralelo, el ratio combinado sube al 100,03%, 6,83 puntos más que en junio de 2020.
La facturación alcanza los 161,6 millones, con un descenso de un 6,2% respecto al mismo periodo del ejercicio 2020. En Autos, la facturación fue de 130,4 millones (-6,7%), con una cartera de 803.926 pólizas (-4,1%). Patrimoniales, por su parte, aporta 30,9 millones en primas (-3,3%), con 301.496 pólizas de Hogar (-2,8%).
El nivel de solvencia se sitúa 2,9 veces por encima de la cuantía exigida; el capital disponible acumula 389,1 millones.
Por otro lado, Agropelayo alcanza una cifra de negocio de 78 millones, si bien el resultado arroja pérdidas causadas por la elevada siniestralidad del primer semestre, debido a los distintos eventos climatológicos, como la tormenta Filomena o las recientes granizadas del mes de junio.
