De todos es conocidos, dado su impacto mediático, los problemas que se están derivando del uso de aplicaciones de Inteligencia Artificial, como ChatGPT, dado sus sesgos y su encaje con la normativa de Protección de Datos.
Un análisis de las responsabilidades derivadas del mal funcionamiento de ChatGPT ofrece más preguntas que respuestas: ¿Retomamos la fallida “personalidad electrónica” de la Resolución con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre normas de Derecho civil sobre Robótica 2015/2103 del Parlamento Europeo?, ¿Es un producto, que causa daños porque tiene un defecto, o es una herramienta que es usada incorrectamente por alguien?
Si bien la regulación tarda en llegar, la Unión Europea lleva tiempo trabajando en su regulación y así la propuesta de Directiva sobre adaptación de las normas de responsabilidad civil extracontractual de septiembre de 2022 ya prevé en las acciones de responsabilidad por daños y prejuicios por la “información de salida” de una Inteligencia Artificial una presunción refutable de causalidad específica en relación con este nexo causal.
Así, la citada propuesta prevé: en el caso de los sistemas de IA de alto riesgo una excepción a la presunción de causalidad cuando el demandado demuestre que el demandante puede acceder razonablemente a pruebas y conocimientos especializados suficientes para demostrar el nexo causal. En el caso de los sistemas de IA de riesgo no elevado, establece una condición para la aplicabilidad de la presunción de causalidad en virtud de la cual esta última está sujeta a que el órgano jurisdiccional determine que es excesivamente difícil para el demandante demostrar el nexo causal. En los casos en que el demandado utilice el sistema de IA en el transcurso de una actividad personal y no profesional, la presunción de causalidad solo debe aplicarse si el demandado ha interferido sustancialmente en las condiciones de funcionamiento del sistema de IA o si el demandado tenía la obligación y estaba en condiciones de determinar las condiciones de funcionamiento del sistema de IA y no lo hizo.
En síntesis, si evoluciona la tecnología evoluciona el derecho, prevaleciendo al final siempre este, pues si algo ha demostrado la historia es que sin derecho la convivencia se hace imposible y si se erosiona el derecho se erosiona la convivencia.